La agricultura moderna, conocida como Agricultura 4.0 o agricultura inteligente, hace uso de tecnologías avanzadas para mejorar la eficiencia en el cultivo de plantas. En este contexto, la teledetección y las imágenes satelitales se han convertido en herramientas cruciales. Estas tecnologías posibilitan la observación en tiempo real del estado de vastas áreas de cultivo, lo que permite anticipar posibles inconvenientes como sequías, infestaciones de plagas o deficiencias nutricionales, al mismo tiempo que se optimizan recursos como el agua y los fertilizantes.

Según expertos en la materia, el empleo de imágenes satelitales está transformando la agricultura al facilitar la supervisión de los cultivos, mejorar la gestión de recursos y promover la sostenibilidad del suelo. De este modo, la teledetección contribuye a hacer frente al cambio climático y a potenciar la gestión agrícola al proporcionar información crucial para la toma de decisiones fundamentadas en aspectos como el riego, la fertilización y el manejo integrado de los cultivos.
Sensores Satelitales: Tipos y Funcionamiento
Los satélites están equipados con sensores remotos que pueden ser clasificados como pasivos o activos. Los sensores pasivos registran la radiación solar reflejada por el suelo y la vegetación, mientras que los sensores activos emiten su propia señal y miden la respuesta obtenida. Por ejemplo, una cámara multiespectral es un sensor pasivo que detecta la luz visible e infrarroja reflejada por las plantas, lo que posibilita el cálculo de índices relacionados con la salud de la vegetación. Por otro lado, sensores activos como el radar SAR (de microondas) y el LiDAR (láser) emiten señales y miden las reflexiones, permitiendo obtener información sobre la topografía, la altura de los cultivos o la humedad del suelo, incluso en condiciones de nubosidad.
Los datos recopilados por sensores pasivos se utilizan para generar índices espectrales que reflejan aspectos como la salud de las plantas y la cantidad de biomasa presente en los cultivos, mientras que los sensores activos proveen información detallada sobre la topografía y la humedad del suelo que no se ve afectada por factores climáticos adversos.
Bandas Espectrales y Seguimiento de los Cultivos
Las imágenes satelitales capturan diversas bandas espectrales que son esenciales para evaluar el estado de los cultivos. Se destacan las bandas del espectro visible (azul, verde, rojo), del infrarrojo cercano (NIR) y del infrarrojo de onda corta (SWIR).
Las plantas saludables absorben fuertemente la luz visible, principalmente la clorofila, y reflejan intensamente en el espectro NIR. Por consiguiente, la banda NIR (aproximadamente entre 0.7 y 1.3 micrómetros) resulta especialmente útil para detectar la presencia de vegetación sana. Al combinar las bandas NIR y roja, es posible calcular el NDVI (Índice Diferencial Normalizado de Vegetación), el cual es un indicador directo de la densidad de vegetación y la actividad fotosintética.
Diversos índices espectrales hacen uso de combinaciones de bandas adicionales. Por ejemplo, el NDMI (Índice de Humedad Normalizado) utiliza las bandas NIR y SWIR para estimar la presencia de estrés hídrico, mientras que el SAVI corrige la influencia del suelo desnudo en etapas tempranas del cultivo. En resumen, la combinación de diferentes bandas permite diferenciar entre la cobertura vegetal, el contenido de agua y la salud de las hojas, lo que proporciona a los profesionales agrícolas mapas precisos del estado de cada cultivo.
- Ejemplo: Una planta sana se distingue por su brillo intenso en una imagen satelital capturada en la banda NIR, mientras que una planta bajo estrés refleja menos luz. Este contraste es la base de índices como el NDVI, que facilitan la estimación de la biomasa vegetal con una correlación significativa respecto al potencial de rendimiento.
Principales Satélites Utilizados en la Agricultura
En el ámbito agrícola se emplean diversos tipos de satélites, los cuales se seleccionan en función de su resolución espacial, frecuencia de revisita y tipo de sensor utilizado. Cada tipo de plataforma satelital ofrece ventajas específicas para la gestión agrícola de los cultivos. Por ejemplo, los satélites ópticos multiespectrales, como el Sentinel-2 y Landsat, capturan imágenes en diferentes bandas (RGB, NIR) que son ideales para calcular índices de vegetación (como el NDVI, SAVI) que permiten monitorear el estado fisiológico de los cultivos. Por otro lado, los satélites radar, como el Sentinel-1 y RADARSAT, operan en la banda de microondas, lo que les permite funcionar independientemente de las condiciones climáticas, resultando útiles para medir la humedad del suelo, detectar inundaciones o identificar cambios en la estructura de los cultivos.
Los satélites de muy alta resolución, como el WorldView, GeoEye y PlanetScope, ofrecen imágenes extremadamente detalladas a nivel de parcela, lo que resulta útil para realizar el conteo de plantas, identificar malezas y validar la precisión de los mapas en áreas críticas. Por su parte, los satélites de baja resolución, como el MODIS y VIIRS, cubren extensas áreas con visitas diarias, lo que los convierte en herramientas útiles para realizar estudios agroclimáticos a escala regional, modelar la demanda hídrica y prever el rendimiento de grandes extensiones de terreno.
La combinación de datos provenientes de múltiples satélites mejora la calidad del análisis. Por ejemplo, iniciativas como el Proyecto de Harmonización Landsat-Sentinel fusionan series temporales de imágenes para seguir de cerca, con alta resolución, la evolución fenológica y el rendimiento de los cultivos.
Impacto de la Teledetección en la Agricultura de Chile
En Chile, la aplicación de la teledetección ha comenzado a generar beneficios tangibles en términos de sostenibilidad y gestión de los recursos hídricos. Investigaciones recientes han demostrado que el análisis detallado de huertos frutales mediante imágenes satelitales ha permitido evaluar la demanda de agua potencial de los cultivos y compararla con la cantidad de riego aplicada. Uno de estos estudios reveló que la cantidad de agua suministrada era insuficiente para alcanzar el rendimiento máximo, lo que subraya la importancia de mejorar la gestión del agua en las plantaciones.
En resumen, la implementación de tecnologías satelitales en la fruticultura chilena abre nuevas oportunidades para optimizar el uso del agua y garantizar la producción en un contexto de cambio climático. Plataformas inteligentes como CropX, disponibles en Chile gracias a Blass, ya están permitiendo a los productores locales mejorar la eficiencia en el uso del agua y los fertilizantes, incrementando así la productividad de los cultivos. Según los especialistas de Blass, estas soluciones proporcionan acceso a tecnología de punta para mejorar la eficiencia hídrica, aumentar la productividad y basar las decisiones en datos científicos en tiempo real.
CropX: Integración de Sensores, Información Climática e Inteligencia Artificial
La plataforma CropX representa un ejemplo destacado de cómo la integración de datos desde el suelo hasta el espacio exterior está revolucionando la agricultura moderna. CropX combina sensores de suelo, que monitorean la humedad, la temperatura y los nutrientes, con imágenes satelitales y tecnología de inteligencia artificial para supervisar en tiempo real las condiciones de los cultivos. Por ejemplo, los sensores dispuestos a diferentes profundidades miden la humedad del suelo y alertan sobre posibles situaciones de estrés hídrico en las plantas, mientras que los datos satelitales proporcionan información sobre la vitalidad y uniformidad de los cultivos. Además, la plataforma incorpora pronósticos meteorológicos y modelos de cultivo para contextualizar la información recolectada en campo.

Aprovechando esta amplia gama de datos, CropX utiliza inteligencia artificial y aprendizaje automático para generar recomendaciones agronómicas precisas. El sistema analiza de manera continua las mediciones del suelo y otros datos externos, lo que le permite ofrecer consejos específicos sobre riego y fertilización. De este modo, el agricultor cuenta con información detallada sobre cuándo y cuánto regar o fertilizar para maximizar el rendimiento de sus cultivos y reducir la cantidad de insumos utilizados. Asimismo, CropX es compatible con la creación de mapas para la aplicación de dosis variables y puede integrarse con sistemas automatizados de riego, facilitando así la gestión zonal de las actividades agrícolas.
En conjunto, las herramientas proporcionadas por CropX respaldan la gestión avanzada en la agricultura al brindar supervisión continua, alertas instantáneas y análisis de rendimiento de los cultivos basados en datos precisos.
En resumen, la agricultura avanzada depende de la combinación de diversas fuentes de información. La utilización de imágenes satelitales, sensores remotos y la inteligencia artificial está revolucionando las técnicas agrícolas, desde la predicción de la producción hasta la gestión eficaz del agua. Como socio autorizado de CropX en Chile, Blass promueve este cambio a través de soluciones completas para el monitoreo inteligente de riego y nutrición. Estas herramientas permiten a los agricultores optimizar el manejo del agua en sus cultivos, economizar recursos y hacer frente con éxito a los desafíos del entorno climático cambiante.
Extendemos una cordial invitación a los agrónomos y productores interesados en esta revolución tecnológica a explorar más acerca de CropX. Les animamos a contactar a Blass para aprender cómo integrar esta tecnología de agricultura avanzada en sus terrenos y mejorar la gestión agrícola de manera significativa.


